Hice trampa, fue fácil. El vino a Santander a pre-estrenar su segunda película como director: Blackthorn dado que el reparto incluye a Eduardo Noriega y es de aquí.
Hubo presentación inicial, comentarios posterior a la peli y finalmente un ágape con champán, ibéricos y copas en una conocida discoteca santanderina para socializar. En este marco surge mi encuentro con Mateo.
La fórmula es sencilla: Santander+pequeño+amigos y conocidos+nuestro común origen canario = 15 minutos de conversación sobre cine y vida con Mateo Gil. Una anécdota constructiva que quiero compartir con vosotros.
Mateo es reservado y consigue pasar desapercibido y más aún si revolotea Noriega por las proximidades. No le preocupa ni lo más mínimo, es más, parece que hasta lo agradece. Se apalanca en una butaca y observa, sobre todo a las impresionantes camareras escasas de ropa y abundante maquillaje que ofrecen surtidos de canapés y copas preparadas a petición de los asistentes.
Tras un par de estas copas y en estado de recepción, mi amiga me facilita el encuentro. Lo primero que llama la atención es su rasgo más evidente: sus ojos color verde cristalino susceptibles de ser distraídos atendiendo a la curiosidad. Lo segundo, la cercanía y facilidad de trato, sin estrecheces, hablando con libertad y sereno, muy sereno. Lo tercero: su acento canario inexistente, él mismo lo admite cuando yo le pregunto: - "¿dónde lo dejaste olvidado? - a lo que el me responde que "es una lástima pero llevo demasiado tiempo fuera y sólo lo encuentro cuando hablo con mi madre por teléfono".
Nuestra primera conversación gira en torno a las zonas de Las Palmas en las que nos criamos. El nació en Telde aunque su infancia y juventud la vivió en un barrio de Las Palmas, el cual yo no recordaba por mucho que el se esforzaba en describir y ubicar. Conseguí desviar la conversación hacia lo que a mi me interesaba realmente después de haber visto la película: Stephen Rea. Le confesé que me había sorprendido gratamente su participación en la película y que quería saberlo todo de él. Mateo sonríe aunque seguramente ocultando una lamentación!. Aún así, me dedica los próximos 10 minutos restantes en los que profundiza sobre la película:
- El también es un gran admirador de Rea. Me cuenta que Rea accedió gracias a Sam Shepard del que es gran amigo y que no fue nada difícil dirigirle, porque casi no lo tuvo que hacer. Rea es un actor de escuela, con técnica suficiente y registros más que apropiados para el papel de MacKinley.
Entre Rea y el resto, fuimos interrumpidos por otros interesados que querían conocerles. Yo presentí el final de nuestra charla, sin embargo no fue así. Despachó, se giró hacia mí y retomamos dónde lo habíamos dejado.
- En cuanto a la arriesgada apuesta por un western, en Bolivia y en el año 2011, Mateo confirma que es algo inevitable, pero que cuenta con ello y que se conforma con una buena aceptación general.
- La inspiración: le propongo "Centauros del Desierto" o cualquiera de Ford. Me responde que una de Ford si, pero que "Centauros" no!. Me atrevo con "Pasión de los fuertes" y acierto. Es una película que le sugiere todo lo que debe contener un western antológico.
- Cambié de tercio, quería saber más de el y menos de su obra, asi que opté por comparar su faceta de guionista con la de director. Mateo señala que no tiene preferencia, que es todo cuestión de inspiración y actividad. Para dirigir tienes que estar en forma en todos los sentidos, quizás para escribir puedes estar en modo off y a tu ritmo.
- Finalmente hablamos del reportaje que había leído casualmente el fin de semana anterior en el País Semanal. Opiné que siempre hubiera puesto la mano en el fuego a que no se prestaría nunca a protagonizar el solito un reportaje en un medio asi que ese look vaquero en la portada es toda una revolución en tu vida?. Se ríe y contesta: uf! no me queda otro remedio, es parte de las reglas del juego etc...de todas maneras, fue fácil decidirme: se trata de "El País Semanal" nada más y nada menos..!.