2.5.11

La edad de la inocencia: un festival para los sentidos

No suelo enredarme con demasiados detalles en mis posts, pero el tiempo se detiene para mi cuando me recreo en una de las historias que mas aprecio, la de "La Edad de la Inocencia".  Esta obra ha sido carne de cañón para adaptadores desde su  publicación en 1920. El éxito fue tal que incluso le valió a Edith Wharton el Pulitzer el mismo año en el que a las mujeres americanas se les garantizaba el derecho al voto.

Es significativo, a modo de introducción,  que el comité de uno de los más altos galardones de la literatura americana de todos los tiempos, le concediera a una mujer y por si no fuera suficiente, a una novela con dos mujeres protagonistas, una de las cuales podía haber sido demonizada en aquellos tiempos, tan distinguido reconocimiento. 

Cuando escribió la novela, Wharton ya había sobrevivido a 25 años de infeliz matrimonio, haciendo la vista gorda ante las infidelidades de su marido y sus turbios negocios. Desafiando convencionalismos, se divorcia y comienza una nueva vida en un entorno deseado: París. Es aqui dónde Wharton se propone convertirse en una de las principales intérpretes del realismo social. En París da rienda suelta a sus aspiraciones y nos entretiene con gran maestría al reflejar el modo de vida y de pensamiento de la alta clase social neoyorquina en 1870 bajo un título un tanto irónico según descubriremos al adentrarnos en la historia de"La Edad de la Inocencia".

La historia 

Cuando la Condesa  Olenska regresa a Nueva York tras un fallido matrimonio con un Conde ruso, es acogida por su familia en un entorno plagado de desdeñable curiosidad, fingida amabilidad y falsos testimonios. Newland Archer, el prometido de su prima May, se ofrece para asistirla y apoyarle en todo cuanto pueda necesitar durante su periodo de adaptación a su nueva vida, sin embargo el inocente ofrecimiento se complica ante su inesperado enamoramiento de la Condesa. Archer desprecia la soberbia que destila su propia clase social, sin embargo no puede prescindir de ella, esta atrapado en su propia red y no ve escapatoria. El miedo a si mismo y a la decepción le obligan a tomar la decisión que condicionará el resto de su vida. Una bella historia de amor ambientada en 1870 en la que la máxima es la apariencia y el deseo contenido de los personajes principales, el telón de fondo."Era el espíritu del exquisito dolor romántico. La idea de que el sólo roce de la mano de una mujer era suficiente. La idea de que verla al otro lado de la habitación le mantendría vivo otro año mas". Martin Scorsese


Un título con ironía

El título en si mismo cuestiona cómo de inocentes eran realmente en "the gilded age" y si la inocencia era una apariencia y no una realidad. Podemos apreciar que la organización de este tipo de sociedad favorece que la indiscreción y las actuaciones que son de todo menos inocentes, puedan ser escondidas bajo una única tapadera: la de la alta sociedad. La obra está repleta de ironía - una especie de inocencia fingida capaz de negar hasta las más evidentes manifestaciones. Bajo esta estela de apariencias, se desarrollan los más bellos anacronismos llevados a la pantalla y a las ondas casi desde su aparición.


Las primeras adaptaciones


En 1924 la Warner Bros produjo una primera adaptación muda dirigida por Wesley Ruggles y protagonizada por Beverly Bayne. Le siguió una producción en Broadway en 1928, que cerró tras 209 shows. En 1934, se estrena la versión protagonizada por Irene Dunne y John Boles sin la repercusión esperada por su      criticada excesiva duración y su flacidez emocional según The New York Times.

Claudette Colbert

Gene Tierney














La obra también tuvo su momento de gloria a través de las ondas radiofónicas en el reconocido Theatre Guild On the Air Radio en 1947 con Gene Tierney y en 1951 con Claudette Colbert. No es hasta 1993, que la  obra de Wharton vuelve a la gran pantalla y esta vez es de la mano de Martin Scorsese.


La versión Scorsese


El estilo de esta obra podría ser más atribuíble a la Merchant-Ivory que al Scorsese de obras maestras como "Toro Salvaje" o "Uno de los nuestros". Sin embargo, aunque fiel admiradora de la obra James Ivory, Scorsese no me ha dado ni la más mínima oportunidad de echarle en falta. Tras una escrupulosa adaptación con la ayuda de Jay Cocks, Scorsese se dispuso a cumplir un sueño. 



 Cuenta Scorsese que siempre sintió fascinación por un guión con esta intensidad de emociones encorsetadas y que desde su admiración por "La heredera", película de 1949 dirigida por William Wyler, fue consciente de que algún día se saldría de la violencia endémica para adentrarse en las más sutiles y delicadas sensaciones.

En la película, queda patente la predilección de Scorsese por  los personajes definidos por los códigos sociales de la sociedad neoyorquina de finales del siglo XIX. Leyendo la novela de Edith Warton, podremos entender que le condujo a realizarla. Podremos entender, que la pasión y la violencia pueden existir en lugares en el que se impone el decoro. Podremos entender porqué Newland Archer no pudo nunca liberar su frustración y aliviar su intensa pasión sentado en su salón o en las noches de òpera que definen su vida en La Edad de la Inocencia.



Otro de los elementos que pudieron inspirar a Scorsese, podremos encontrarlo en las palabras de su colaborador en la adaptación Jay Cocks quien remarca, que los temas - la pasión, el amor, la consciencia y el compromiso - son pertinentes e inmediatos y relevantes en cualquier momento y época de la historia. Ahora también tenemos los mismos problemas al querer tener lo que no tenemos y tener lo que no queremos y esto es de lo que trata esta historia."

Puede tratarse de una sus mejores peliculas, aunque desaprovechada por la crítica que al igual que sucediera con "Kundun" en 1997, se sale de la línea principal del trabajo de Scorsese.
 
El tono es otra del claras fortalezas y atracción de la historia. Como hiciera también Henry James en sus novelas, Wharton no permitía que sus personajes mostraran abiertamente lo que pensaban. Inhibidos por la sociedad y temerosos de sus propios pensamientos, las conciencias de sus personajes es transmitida por la narradora, encargada de revelar la verdad. Uno de los momentos es cuando Archer se pregunta "como pueden coexistir tal profundidad de sentimientos con tanta ausencia de imaginación".
  

El triángulo Victoriano


May Welland  es la perfecta representación del fin de la niñez y el comienzo de la juventud. Inocente y al margen de la pasión, ha sido educada para mantenerse alejada de las dificultades y el cambio: "Su incapacidad para reconocer el cambio hace que sus hijos le oculten sus opiniones creando una especie de inocente hipocresía familiar".  Tras su muerte, aparece su fotografía en la mesa de Newland reflejando la cuidada ignoracia tan criticada por Wharton: "y se murió pensando que el mundo era un lugar bueno, lleno de amor y hogares harmoniosos como el suyo".


Newland Archer, aunque pudiera parecer lo contrario, es uno de los personajes más inocentes de la historia. Nunca supo hasta el final, que su mujer fue consciente de su sacrificio durante el matrimonio, incluso después de su muerte sembró la idea de que May no vivía en el mundo real. Hasta la comida de despedida de Ellen, Newland no sabe que su familia al completo ha conspirado y maquinado cada uno de los detalles de su propia vida sin contar con el. A pesar de sus supuestas actitudes cosmopolitas, Newland no es capaz de intuir lo que se trama a su alrededor, destinado a ser utilizado por las mujeres que le rodean como una marioneta. Archer fue un hombre que amaba a una mujer y se casó con otra porque era lo correcto, o para ser más precisos, porque su entorno pensaba que era lo correcto y se aseguraron de que así lo hiciera.

"¿Es que nadie quiere saber la verdad Sr. Archer? La verdadera soledad es vivir entre personas que sólo te piden que finjas".  Condesa Olenska





La Condesa Olenska irrumpe en la vida de los personajes casi sin proponerselo, mostrando dulzura y educación aunque estas cualidades no eran suficientes para alternar con una clase social que exige códigos de comportamiento intratables para la Condesa. Sin temor a desafiar convencionalismos, no es de extrañar que esta mujer se convirtiera en el deseo de Archer - era la fruta prohibida. Su desinhibismo, belleza y estilo libre de ataduras provocaba la envidia de las mujeres en su entorno.

La actriz recuerda que "lo más universal y atemporal de la obra es lo que tiene que contar sobre las farsas de los personajes, las máscaras que tienen que llevar para ser aceptados socialmente. Eso es algo que sucede en la actualidad y cuando ves a alguien que se deja guiar por esas normas, te preguntas si podrías hacer todos esos sacrificios que hizo Newland sin convertirte en alguien desagradable."
 


 
LOS SENTIDOS


Para alcanzar la perfecta visión de la época, Scorsese contrata a  Robin Standefer, reconocida experta en estética y diseño, quien se encarga de estudiar durante dos años y medio a la sociedad neoyorquina de 1870. Su trabajo fue tan meticuloso, que llegó a descubrir que el nombre de las pinturas de Bougeureau que Wharton menciona en su obra es incorrecto.  Aparte de Standefer, decenas de consultores y expertos fueron consignados al estudio de la gastronomía, las artes decorativas o el protocolo para ofrecernos un verdadero festival para los sentidos.


EL OLFATO




Newland ejerce de regalador oficial de flores. La floristería a la acude con frecuencia, le salva de más de un malentendido y también le favorece en su conquista de la condesa. El tratamiento que le dan a  las flores tanto por May como Ellen cuando las reciben, es de tal acogida, que podemos incluso llegar a imaginarnos su olor a través de la pantalla.


No sólo las flores, sino también los perfumes son manejados de tal manera por las damas, que pueden llegar a estimular nuestro sentido. Ellen recurre a esos frascos de perfume con esencias herbáceas propias de la época para coleccionistas cuando se prepara para sus citas, olores que consiguen acercarnos a los gustos de los personajes.
 




LA VISTA






Martín Scorsese nos enmarca esta frustrada historia de amor en una estética artística brillantemente lograda en mi opinión, una de las mejores que he podido ver en el cine.

El potencial visual de la adaptación es admirable y de agradecer a Michael Ballhaus, fiel cinematógrafo de Scorsese en "Uno de los nuestros" o "Infiltrados", quien nos muestra una sociedad incrustada por sus propias posesiones.


Todo es plata, cristal, marfil o terciopelo. Los salones Victorianos están repletos de muebles, candelabros, figuras, plantas, plumas, cojines y gente vestida para adornar el mobiliario. Es como vivir posando para un cuadro.
 
La cámara se mueve muy sutilmente pero siempre se mueve. Una cámara inmóvil nos invita a observar, una cámara en movimiento es un observador. En ocasiones, Scorsese envuelve en un círculo a sus personajes mientras oscurece el resto de la escena para destacar la emoción de ese instante. Todo un despliegue de técnicas para una ambientación ejemplar.


EL OIDO




Edith Wharton asignó el principio y el final de su novela a la ópera Fausto, porque sabía que se trataba de una obra tan familiar y natural para sus lectores que lograría conectar con ellos rápidamente. Wharton utiliza la relación del Doctor Fausto con el diablo para montar los principales temas de su novela. En el antiguo Nueva York, durante los años dorados, la afición por la ópera superaba al cine o al deporte. La secuencia de la ópera fue rodada durante cinco días en la Academia de la Música de Philadelphia mientras que su entrada principal y las calles afines fueron revestidas con tierra, dado que en la época, aún no habían sido pavimentadas. 




EL GUSTO



Las principales tramas se fraguan alrededor de un desayuno, una comida, una cena o simplemente un te con pastas. La exquisitez de los platos y de la ornamentación implícita en ellos, es parte esencial de la estética de la obra de Scorsese. No solo la materia prima llama la atención, también el placer que destilan los personajes al llevarse estos manjares a la boca. Cristal, porcelana, centros de mesa, todos los detalles que reflejan el poder, el patrimonio cultural y el gusto por lo colonial.
 
Scorsese encontró la solución al reto culinario utilizando la misma estrategia que en sus películas de gangsters: detalle y autenticidad. Cada comida y su significado se investigó meticulosamente para que no faltara detalle y acertadamente la fusión de originalidad, elegancia y orden no parece estar reñido con la agradable sensación que los platos producen entre los comensales.

Las conversaciones que se generan alrededor de la mesa tienen mucho que ver con la defensa de la rigidez de la tradición, una metáfora que revela la asociación entre la etiqueta que se exige en torno a una mesa y la que se practica en sus vidas diarias.   


EL TACTO


En la era de la inocencia, queridos y queridas se abrazan y se besan la mano, siempre guardando las distancias, de manera comedida, siendo amables y educados. Scorsese mantiene la tensión entre Newland y Ellen, hasta que se produce el primer estallido de emociones en la casa de la Condesa. La intensidad del goce ocasionados por las caricias y el roce nos lo delatan los ojos de la Condesa.

Archer, seguirá por siempre cautivo de su amor por la condesa, con quien conseguirá compartir momentos de placer e intimidad breves pero intensos y finalmente dolorosos en la despedida. 



La calma melancólica de la última escena de la película no es lo que el espectador desearía para un final de cuento. No es trágico pero tampoco es alegre, sin embargo es inevitable. En ese momento ya no existe ningún impedimento para que Archer se reúna con Ellen, sin embargo Wharton elige la continuidad sin la unidad de los personajes, consiguiendo así frustrar nuestras expectativas.
Para terminar, sólo una última y poderosa razón por la que adentrarse en el ambiente de esta película: porque en ninguna otra veremos cómo el que una mujer se desplaze desde una punta a la otra de un salón de invitados para charlar con un hombre, puede causar tal revuelo social.

12 comentarios:

  1. ¡Bravo, Patri! Tardabas en publicar, así que supuse que te encontrarías inmersa en algo grande para tí. Me parece muy original el examen de la película a través de los sentidos.
    ¿Sabes lo que más me impactó de ella? La minuciosa ambientación del modo de vida de la alta sociedad norteamericana de la época, por otro lado tan victoriana pero al otro lado del charco.
    En cuanto a Scorsese es casi el último de los directores vivos capaz de contar historias como en el cine clásico y su admiración profunda por los directores del Hollywood dorado se nota, aunque sea capaz de hacer también otra clase de películas. Por cierto, te adelanto que precisamente estoy ultimando un homenaje a "La heredera" en una de mis próximas entradas. Saludos.

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  2. Enhorabuena por tu genial crítica y visión sobre Edith Wharton y las películas que se hicieron sobre La edad de la inocencia.
    Creo haber leído algo de Wharton, pero ahora mismo no recuerdo, lo que sí está claro es que tengo alguna novela de ella, creo que más de una. Me da, y sobre todo por lo que pones, que en su literatura había aspectos románticos similares a los de las novelas de Marcel Proust: alta sociedad, códigos, sentidos; pero sólo en el fondo, porque me da, también, que en la forma no tenían nada que ver.
    Y ahora voy con la película de Scorsese, que cuando la vi me decepcionó profundamente; supongo que no le cogí el punto, por lo que sería bueno poder volver sobre ella. Totalmente de acuerdo en que el estilo de la película es más Ivory que Scorsese, pero un Ivory mucho más mediocre y aburrido que el de algunas de sus películas como Lo que queda del día o Regreso a Howard´s End, películas que me gustan más porque no insinúan tanto (y eso está bien, pero sin pasarse, para mi gusto)y sí hablan de las relaciones humanas sin tapujos.
    Otra cosa, Patri: la condesa Oleska ¿no tiene para ti la tipología y un Espíritu similar al del personaje que interpretaba Greta Garbo en Margarita Gautier?
    Nada más; vuelvo a felicitarte por tu excelente post; una pena que no postees más a menudo. Un abrazo, Javi. Ciao.

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  3. Dickson, gracias! estoy de acuerdo contigo - creo que Scorsese podía haber dirigido "El sueño eterno" y otros muchos clásicos sin tener en cuenta su año de nacimiento..Quedo emplazada para tu particular homenaje a "La heredera". Saluditos!

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  4. Javi, me alegro te guste la entrada. Yo también cuando leí "Por el camino de Swan" tuve sensaciones Whartonianas y no es de extrañar habiendo estado ambos influenciados por el hechizo del Paris de los años 20-30!
    Que gran película y novela es "Lo que queda del día"! Otra clara expresión de emociones contenidas en una ambientación excepcional, espero comentarla en breve.
    Se que te decepciono Javi pero hace mucho que no revivo a Gautier en mi memoria asi que no te puedo en cuanto al contenido pero en cuanto al aspecto, desde luego que Scorsese debió de inspirarse en ella!. Gracias de nuevo Javi, lo de postear mas a menudo, ya me gustaría, pero mi tiempo es tan limitado!! un abrazo

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  5. Qué curioso que hagas mención de esa novela de Proust; la terminé de leer hace una semana o así. Pura introspección y amor tormentoso. Un genio, Marcel Proust, y profundo. Salutti.

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  6. Te devuelvo encantada tu visita para encontrarme con tu maravilloso análisis de esta estupenda película que, aunque me leí el libro, la verdad es que la película también me gusto mucho, es bastante fiel, aunque nunca me ha importado demasiado si las adaptaciones cambian algo al llevarlo al cine, siempre que transmita la esencia. Yo no soy mucho de pelís románticas o de época pero esta me encanto, tiene todos los ingredientes para ser romántica y sensual sin llegar al pastel. Es una película que despierta los sentidos, casi puedes oler y sentir, como muy bien dices.

    Solo te digo que Daniel Day Lewis es mi amor platónico, me encanta este actor, tiene una mirada, una fuerza, no es guapo, como me dice mucha gente, pero eso es lo de menos, es super atractivo y transmite mucho. Con este actorazo y en esta película lo que daría por ser Michelle... ella actua fenomenal, su delicadeza, sus miradas, gestos, lo borda. Los protagonistas lo hacen de lujo.

    La fotografía es perfecta y tu análisis de los sentidos me ha encantado, todo está hecho con mucho gusto,armonía y sensualidad.

    Para mi Proust me parece algo más aburrido en su lectura. La película Tiene la esencia de Ivory pero el gusto y esencia de scorsese aparece en muchas escenas, aunque más flojo de lo que estamos acostumbrados en él. Por ejemplo, una habitación con vistas, de Ivory, me decepciono un poco. la verdad. Es más sensiblona.

    Gracias por compartir con nosotros esta película y por tu gran análisis.

    Besotes

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  7. Antes de ver la película, ya había leído la novela de Edith Warthon y tengo que reconecer que es una buena adapatación y excelentes actores; sobre la similitud que se comenta de la condesa Oleska, con Margarita Gautier, quiza
    no lo había pensado... pero hay que diferenciar entre el rostro y tálento de Garbo, con Michelle
    Mfeiffer, aunque tsmbién es una gran actriz.
    La obra de Proust ( le dedique una entrada ) y soy una gran conocedora de su obra, tiene ese aire introspectivo y psicológico que tienen las novelas de Warthon, pero PROUST, es muy superior
    después de Proust, y no lo digo yo lo digo Virginia Wolff, ya no sé puede ir más lejos en literátura, es logico que a muchas personas les resulte pesado, pues es muy denso el mundo proustsiano, pero sí te metes de lleno, se lo digo a Lala, es apasionante.
    Una entrada formidable, felicidades.
    Un abrazo

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  8. Ay madreeeeeeeeee!!! mi Daniel protagonizando a Lincoln!!! no puedo esperar!! no puedo!! quiero verlo ya mismo!! gracias por mandarme el enlace!! ahora ya estoy nerviosita perdida!! jajaja!

    Besotes

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  9. Considero a Martin Scorsese un director capaz de realizar Uno de los nuestros y La edad de la inocencia con la misma categoría cinematográfica. Esta es la característica principal que distingue a los grandes de los mediocres.

    La edad de la inocencia es muchas cosas, pero sobre todo el reflejo de una sociedad puritana, victoriana o como queramos llamarla. Cine de sentidos reprimidos, de sociedades represoras, del que dirán, de lo convencional y de lo conveniente.

    Me quedo con dos cosas:

    Esa frase "la era del exquisito dolor romántico" ¿Como puede ser exquisito el dolor? Todos sabemos que si. Tal vez en esta sociedad del aquí te pillo aquí te mato,no. Pero en la sociedad del deseo que se satisface levemente con una presencia al otro lado del salón, si.

    Por otro lado tu post tan documentado y con esa semejanza que estableces con todos y cada uno de los sentidos, tal parece el imperio de los sentidos en versión Ivory, es un excelente trabajo que aunque extenso se hace breve y se lee con mucho interés

    Saludos

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  10. mi corrientalidad cinematográfica sólo me llegaba para conocer la versión scorsese, y desde luego no recuerdo haberle sacado todo el jugo que hoy ofertas tan espléndidamente con tu entrada. me apetece re-visionar/escuchar/palpar/gustar/olfatear la peli.

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  11. Interesantísimo post. Me ha encantado lo que has escrito y el estilo con el que lo has hecho. Muy, muy bueno. Un saludo

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  12. Soberbia entrada. Me ha gustado mucho, Patri. Me pasaré a menudo. Creo que 'La edad de la inocencia' de Scorsese es una película infravalorada.

    Un saludo!!!

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