
- Como en toda pelicula musical de la época, encontramos un cómico junto al galán, Donald O'Connor. Le acompaña, le apoya, le soluciona etc...pero este además es un grandísimo bailarín. A la coreografía junto al sofá en el estudio, le concedo toda mi admiración.
- Me retrotraigo al pasado con "Good Morning", una de las habituales en el reperterio de música del colegio.
- Sumergirse en el momento estelar de la pelicula y cantar bajo la lluvia.
Algunos aficionados al cine han declarado que sólo por esta película, tenemos una deuda eterna con su productora, Metro-Goldwyn Mayer. Yo no voy tan allá. No encumbro la película a los más alto porque ya tengo otras y de este mismo género musical que ocupan ese puesto, pero ciertamente es un gran entretenimiento. Ver claquear, cantar y actuar al mismo tiempo a los protagonistas y eso que Debbie no era profesional de la danza (menos mal que Fred Astaire accedió a formarla), fue un disfrute.