5.2.11

Me acuerdo

En el dialecto propio de la región italiana Emilia Romagna, "Amarcord" significa "me acuerdo".
Ahora lo se, pero de más pequeña pensaba que tenía más relación con el amor que con la nostalgia. No es que no haya amor pero es evidente que la nostalgia es el hilo conductor de esta obra maestra del cine Felliniano del año 73.

Hurgo entre mis recuerdos y "me acuerdo" primero de su música, compuesta como no podía ser de otra manera, por Nino Rota, maestro de talentosas y agradables melodías incluida la del "Romeo y Julieta" de Zefferelli, una de mis predilectas.
Sigo buscando y encuentro escenas tronchantes, otras menos y otras crudas. Escenas surrealistas
como la del pavo real en medio de la nieve, o escenas de rústicos impulsos sexuales, simbolismos fálicos, personajes apoteósicos en pleno caos, y sutiles referencias a lo miserable de una dictadura fascista (momento en el que Gradisca se entrega a un oficial fascista en el Grand Hotel) algo en lo que Fellini no insistió demasiado y por lo que fue entonces criticado. ¿Fue acaso Chaplin desacreditado por no incluir escenas de torturas a las víctimas del régimen nazi en "El gran dictador"?
En cuanto al reparto, destaco el papel de Puppella Maggio quien se esmera por dar vida a la mamma en permanente estado de enfado a la italiana y eterna manejadora de los difíciles componentes de su familia entre los que se encuentran el abuelo tocón, el tio caradura, el padre malhumorado y los hijos, inquietos, traviesos y preguntones. Todos ellos rodeados por los míticos vecinos - la guapa, el guapo, el maestro, la maestra, la tabaquera, la puta y el cura.

Amarcord es un relato excelentemente narrado sobre el peso de la nostalgia y la identidad a la que recurrimos con frecuencia de adultos.  "Recordar" Amarcord, es recordar a Bergman en "Fanny y Alexander" a Tornatore en "Cinema Paradiso" o a Woody Allen en "Dias de radio". Son peliculas repletas de despertares y emociones, emociones que sólo se viven en esos años, los de la inocencia pero también la picardía y la inercia a lo desconocido, años en los que todo es pura magia, como en Amarcord.

1 comentario:

  1. Yo, que debo ser algo máyor que tú, si que me acuerdo, pero de su estreno en las salas de cine, en aquellos años en que siendo un niño, afortunadamente aún nadie se llevaba las manos a la cabeza por entrar acompañado de un adulto a ver Amarcord como yo pude hacerlo. ¡Anda que no se ven ahora cosas mucho peores que las tetas de una señora oronda en el cine y la televisión destinados a menores! A cambio, tengo la suerte de haber compuesto con ello uno de mis mejores y más claros recuerdos infantiles que, además, me gusta creer ayudó a cimentar en mí el amor al Cine.

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